
En Guadix, a 28 de marzo de 2025
Queridos hermanos y hermanas de las Hermandades y Cofradías:
Recibid mi saludo fraterno en el Señor al aproximarse el tiempo sagrado de la Semana Santa. Cada año, el Señor nos regala la oportunidad de contemplar más de cerca los misterios de su Pasión, Muerte y Resurrección, invitándonos a renovar nuestra fe y a profundizar en el amor a Dios y al prójimo.
En nuestra diócesis, seguimos celebrando con gozo el Año Jubilar de la Esperanza, al que nos ha convocado la Santa Madre Iglesia mediante la bula Spes non confundit. En ella se nos recuerda que “la esperanza cristiana se sostiene en la fuerza del Resucitado, que nunca abandona a su pueblo y lo acompaña en todas las circunstancias de la vida”. Este Año Jubilar es, por tanto, una ocasión providencial para crecer en la virtud de la esperanza y para testimoniarla en todas nuestras realidades eclesiales, especialmente en nuestras Hermandades y Cofradías.
Os invito, de corazón, a acoger este tiempo santo como una gracia que nos desafía a vivir con intensidad el Triduo Pascual, centro y culmen de nuestra fe. La celebración de la Misa Crismal, en nuestra diócesis del Martes Santo, –donde consagraremos los Santos Óleos que se emplearán en los sacramentos a lo largo de todo el año– es un momento privilegiado de comunión diocesana, en la que se expresa la unidad del presbiterio en torno al obispo y de todo el Pueblo de Dios. Os exhorto a participar en esta celebración y a orar por vuestros sacerdotes, para que el Señor sostenga su entrega y anime su servicio pastoral.
Con frecuencia, nuestras Hermandades y Cofradías prolongan en las calles ese culto que, celebrado en los templos, busca trasladar al corazón de la gente el mensaje de la Pasión y Muerte redentora de Jesucristo. Os animo a cuidar la reciprocidad entre la liturgia y la piedad popular, de modo que las procesiones y actos penitenciales sean prolongación y fruto de una vida profundamente enraizada en los sacramentos y la oración. No olvidéis que culto, formación, caridad y evangelización-misión constituyen los pilares que deben inspirar vuestra labor, haciendo que cada estación de penitencia sea, a la vez, anuncio del Evangelio y testimonio de fraternidad hacia los más necesitados.
Nuestra diócesis tiene una historia marcada por el testimonio de tantos mártires y santos que, desde los primeros tiempos, han fecundado con su sangre y entrega esta tierra. Entre ellos, recordamos con especial devoción a San Torcuato, primer evangelizador de Guadix, que hoy nos impulsa a vivir este camino de Semana Santa con una confianza renovada en la victoria de Cristo. Su ejemplo nos alienta a no rendirnos ante las dificultades ni a caer en la desesperanza, sabiendo que, en Cristo, todo hallará su plenitud y sentido.
Queridos hermanos y hermanas, que este Año Jubilar de la Esperanza nos ayude a experimentar la misericordia y la cercanía del Señor, para que, transformados por la fuerza de su amor, seamos testigos fieles y alegres de su Resurrección. Pongo bajo la protección de la Santísima Virgen María, en su advocación que cada uno de vosotros le profesa, todo el trabajo y la entrega de vuestras Hermandades y Cofradías.
Con afecto fraterno en Cristo y María,
+ Francisco Jesús Orozco Mengíbar
Obispo de Guadix