Hoy, 15 de agosto, celebramos la Asunción de la Virgen María, un dogma de nuestra fe que nos llena de esperanza. Según la tradición de la Iglesia, María fue llevada al cielo en cuerpo y alma, siendo así exaltada por su Hijo.
"Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador." Lucas 1, 46-47.
Sigamos el ejemplo de humildad y amor de nuestra Madre, y pidamos su intercesión para que nos guíe siempre hacia su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.