Proponemos a todos que recen en familia el Santo Rosario y que incluso levanten un pequeño altar para venerar a Nuestra Madre, cada uno lo puede dedicar a la advocación mariana que más devoción le tenga.
Debemos darle un lugar especial a María, no porque sea una tradición a lo largo del tiempo en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque María es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños que podamos imaginar.
La Virgen intermedia ante Dios Nuestro Señor por nosotros y por nuestras intenciones.
Por eso se merece todo un mes en su honor.
“Redescubramos la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo”, nos ha propuesto el Papa Francisco en una carta reciente, en la que añadía que “contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba”.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.