Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y la Santísima Virgen de los Dolores
Emblema
Penitente
Titulares
Santísimo Cristo de la Misericordia
La imagen del Cristo de la Misericordia es una
talla barroca de influencia italiana, cuyo autor es anónimo, y que data del
Siglo XVII. Desfiló por primera vez en el año 1951, y actualmente procesiona en
un trono en caoba, que da más seriedad aún a las formas sobrias del paso y que
se disfraza en la noche del lunes santo para dar un mayor protagonismo a esta
talla, siendo realizado en 2009 y escoltado por cuatro hachones de cera.
La imagen representa a Jesús en la cruz
rogando Misericordia, siendo una escultura de talla completa, en la que resalta
un dorado paño de pureza recuperado del original y primitivo modelo. La
policromía de la talla está fuertemente caracterizada por su color grisáceo, lo
que lo hace más sobrio y sereno, enfatizando aún más sus heridas y sangre en
torno al dorso de la imagen, así como en sus lágrimas, lo que le suma un fuerte
sentimiento de sufrimiento.
El carácter sobrio en torno a esta imagen y su
paso, así como su Estación de Penitencia en voto de silencio hacen que la
imagen del Cristo gane mucho más protagonismo en lo oscuro de la noche, siendo
su cara iluminada por la luz del fuego de la Alcazaba, que junto el sonar ronco
de los tambores, crean un ambiente de oración, respeto y empatía con el
sufrimiento de Jesucristo plasmado en esta talla.
Santísima Virgen de los Dolores
La imagen de la Santísima Virgen de los
Dolores, es una magnifica imagen de vestir tallada en madera policromada de
tamaño natural, cuyo rostro y manos se hicieron aprovechando los restos del
grupo escultórico de la primitiva imagen de la Virgen de las Angustias, obra
realizada por Torcuato Ruiz del Peral, dando lugar a la imagen actual con una
perfecta conjunción entre el dolor contenido de María y la belleza serena de
una madre.
En la advocación de la Virgen de los Dolores,
la imagen representa los Siete Dolores, haciendo referencia a los siete
episodios de la vida de Jesucristo, narrados en el Evangelio, que hicieron
sufrir a María mientras acompañaba a su hijo, y el sentimiento de dolor de la
madre ante el sufrimiento de su hijo.
Sus facciones están marcadas por angustia y
tristeza, observando en su rostro 5 lágrimas descender, señal inequívoca del
sentimiento de dolor de una madre ante el sufrimiento de su hijo. Atributo,
también, que conlleva una imagen dolorosa y que observamos en esta talla, a
parte de las lágrimas, es la forma en que las manos se posan, rogando piedad y
suplicando por su Hijo.
Se acompaña de un manto negro bordado en oro y
un palio en la misma sintonía que dan lugar a una estampa sobria y dolorosa en
torno a la titular.