Hermandad de San Juan Evangelista

San Juan Evangelista
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San Juan Evangelista
Penitente
San Juan Evangelista

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San Juan Evangelista
San Juan Evangelista

La imagen de San Juan Evangelista es una obra anónima del siglo XVII y propiedad de las Madres Clarisas Franciscanas de Guadix. Dicha imagen se encuentra catalogada por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico con código 78969. En la citada ficha hace referencia a su existencia desde 1693, como así lo atestiguan los documentos comentados anteriormente.


El 19 de marzo de 1997, la talla de San Juan se traslada desde el convento de las Clarisas, donde siempre había permanecido, a la parroquia de Santiago, y tras la marcha de las religiosas clarisas franciscanas de Guadix en 2019, se produce la cesión de la Imagen por las mismas a la Hermandad de San Juan Evangelista.


Destaca, por su valor histórico y sentimental, un percherín bordado con hilos de seda, playa y oro sobre tela de seda color verde-claro, en el que figura un águila bicéfala coronada (1762), realizado por las religiosas franciscanas Clarisas y Abadesas Sor Isabel y Sor María Teresa de Cánovas.


A destacar, asimismo, la pequeña talla de San Francisco en el frontal del paso, de esta forma nuestras madres clarisas siguen presenten cada día el Viernes Santo en nuestra Estación de Penitencia. Todo empezó cuando se decidió dedicar el frontal del paso a nuestras queridas religiosas de Santiago en el año 1996. La Hermandad les solicitó que si nos podían dejar un San Francisco de Asís -uno de los dos titulares de su orden- para colocarlo en el paso. De esta forma San Francisco paseó por las calles de Guadix junto con San Juan, era el comienzo de una andadura que los dos iban a recorrer cada Viernes Santo, porque al año siguiente cuando fuimos a montar el paso, ellas nos preguntaron: "¿Es que no vais a poner a San Francisco?". Deseosas estaban que le respondiéramos "sí". Así fue y San Francisco se volvió a colocar en el frontal del paso, dando lugar a una nueva costumbre que nos recuerda la ya comentada y "antigua", de ir en busca de San Juan cada año, ahora vamos en busca de San Francisco con la misma alegría que íbamos antes a por San Juan, puesto que también lo vemos de año en año. La historia se repite y estamos orgullosos de esto, porque ya no paseamos una imagen por las calles, sino que paseamos dos, que llenan de doble alegría a las Clarisas, que aunque son de clausura, ven como la Hermandad se echa a la calle cada Viernes Santo. 

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Información

La HERMANDAD DE SAN JUAN EVANGELISTA tiene sus orígenes en el siglo XVII. El primer documento escrito, que se conserva, procede del 30 de marzo de 1693, redactado ante el escribano público de Guadix D. Antonio de Molina ante el Ilmo. Sr. D. Juan de Villaze Vozmediano García, obispo de Guadix Baza, (entre los años 1688 y 1692), electo obispo de Plasencia, de fundación de Hermandad para sacar todos los años a San Juan Evangelista de la Iglesia Parroquial de Santiago, los Viernes Santos por la mañana.



En la presente escritura, ya se constata un rasgo distintivo de nuestra Hermandad; la fundación tiene lugar por personas mayores de 18 años y menores de 25, podríamos señalar que fue la primera institución accitana juvenil de toda su historia; y de ahí que se hable de San Juan como patrón de la Juventud Cofrade, este documento pues, dota a nuestra Hermandad de este carácter peculiar desde sus inicios.



En este mismo documento, se expresa que se instituye y funda de nuevo la Hermandad; ello da lugar a pensar de su existencia con anterioridad, al igual que parece ocurrir con otras hermandades y devociones accitanas, en las que se produce una serie de traslados de las cofradías desde la Ermita de San Sebastián a Santiago, incluidas las imágenes, por estar la Ermita situada y fundada dentro de los limites parroquiales de la Iglesia de Santiago.



La Hermandad acudirá de forma anual a su cita hasta mediados del siglo XVIII, fecha en la que existe una decadencia general para las cofradías accitanas. El 24 de abril de 1789 tiene lugar la refundación en la parroquia de Santiago. Las nuevas constituciones son aprobadas por el obispo Fray Bernardo de Lorca y Quiñones el 8 de julio de 1789.



 En 1790 la Cofradía hace estación de penitencia con gran entusiasmo debido a las donaciones que se le hacen: cruz de guía en plata, trono realizado en pan de oro, guiones, sello y escudo bordado con hilos de plata y oro de 1762 (recuperado en los años 90).  En 1792, nuestra Hermandad recibió “la Santa Visita” el 25 de septiembre, haciéndose presente el Sr. Obispo Fray Bernardo de Lorca y Quiñones. Llegamos al año 1793 y encontramos en el principio de la Página que se llamaba por primera vez “Venerable Hermandad del Señor San Juan Evangelista”. Encontrándose en el año 1799 completamente restablecida, tanto en el aspecto humano como en el material y espiritual.

 

En 1813, al poco tiempo de que las tropas de Napoleón se marcharán de Guadix, vemos en el libro de actas como se reunieron los miembros de nuestra Hermandad para continuar con la labor que habían emprendido allá por 1789. Ese mismo año, el obispo Fray Marcos Cabello y López realizó una visita pastoral a la Hermandad, encontrando fallos en las cuentas y atribuciones de los cargos.



El Trienio Liberal incide negativamente en la Cofradía, disminuyendo los devotos y los ingresos, pero se mantiene a pesar de los muchos problemas. La desaparición del Convento de San Agustín, durante la regencia de María Cristina, la supresión del Corregimiento de Guadix, el rumor de que desaparecería nuestra Diócesis, la dejadez de los distintos hermanos, etc.. hacen posiblemente que la Semana Santa Accitana decaiga bastante y no encontremos actas de Cabildos hasta 1840. La desamortización del ministro Mendizábal constituirá un nuevo obstáculo a la vida de las cofradías penitenciales y sacará a subasta las escasas posesiones que la Hermandad tenía en propiedad.



Como podemos ver en las actas desde 1840 a 1843, que coinciden con la Regencia de Espartero, la Hermandad atraviesa por serios problemas, hasta la segunda mitad del siglo XIX, en la que la Semana Santa accitana en general se revitaliza gracias al apoyo e impulso dado por el obispo Domínguez y Valdecañas.

Tras un nuevo periodo de decadencia, los hermanos se van borrando, cada vez hay menos dinero para acudir a las necesidades e incluso las actas reciben un nuevo parón, el 22 de mayo de 1927 se dan nuevas constituciones y se decide subastar la palma de San Juan entre todos los cofrades asistentes a la procesión.

 

Más tarde la República y la Guerra Civil suponen un nuevo contratiempo. Finalizada la contienda, la Cofradía se organiza en 1940 a iniciativa de los antiguos hermanos, teniendo lugar la refundación en 1942.


Ya a partir de 1951, la procesión se hace con regularidad, saliendo en la noche del Miércoles Santo, e incluso un Martes Santo un año. Para ello se arregla un antiguo trono de alpaca realizado en Madrid, en los talleres de Santa Rufina. La imagen era portada por 14 horquilleros que vestían trajes “de época” de la Orden de San Juan. Posteriormente se le añadirían al trono unas ruedas de diligencia que en el siglo XIX hacían el trayecto Guadix-Granada.



A partir de 1965 la Hermandad pasa por diversas dificultades, sobre todo económicas, tenía 37 hermanos, de los que 12 pagaban sus cuotas. La Cofradía deja de salir en 1971, sólo por un año. José Sánchez Martínez y el resto de la junta de gobierno deciden convocar a niñas (“Las Sanjuaneras”) para que salieran en la procesión, vestidas de blusa y falda blancas y capa roja. También se suprimió la costumbre de que los cofrades casados abandonaran la hermandad. En 1979 la Hermandad arregla el paso para que sea portado por horquilleros.



En 1989 se celebra con gran éxito, la conmemoración del segundo centenario del restablecimiento de la Hermandad en la parroquia de Santiago.


En el año 2004 se conmemorará el 25 aniversario del Cuerpo de Costaleros que desde 1979 hasta la actualidad portan la Imagen de forma continuada. 



Esta Hermandad del Viernes Santo accitano es por lo tanto la cofradía de penitencia más antigua de las que procesionan en Guadix (misma imagen y misma hermandad). Un rasgo distintivo de nuestra Hermandad de San Juan Evangelista, que la hace única, ya que procesiona la misma imagen desde sus inicios.